Hace cerca de cien años los artistas Pablo Picasso y George Braque lanzaron un tremendo desafío al mundo del arte: en vez de presentar obras que imitaran a la realidad, propusieron cuadros hechos con pedazos de realidad. La técnica artística que inventaron para hacer eso la llamaron papier collé (“papel pegado”), también conocida como collage. Es decir, que realizaron un cuadro compuesto de diferentes trozos de materiales pegados sobre una superficie, tales como recortes de papel, tela, pedazos de madera o metal, etcétera. A través del collage Picasso y Braque incorporaron fragmentos de su realidad cotidiana a sus obras artísticas. Así en lugar de copiar minuciosamente una etiqueta o una hoja de periódico, simplemente pegaban la etiqueta misma o el trozo de periódico sobre la superficie del cuadro. Esta idea fue bastante audaz para la época porque nunca antes se había incorporado al arte un fragmento de la vida. Con ello los artistas se proponían unir arte y vida.
La invención del collage sacudió al público y a la crítica de arte porque esta técnica negó la obligación del artista de “imitar” la realidad, ya que trozos de la misma podían adherirse al cuadro.
El collage también puso en duda la idea tradicional de que “genio no hay más que uno”, porque si cualquiera puede crear una obra de arte al pegar papeles u otros objetos sobre un lienzo entonces cualquiera puede ser artista. Además, esta técnica inauguró una nueva relación entre la obra y el espectador, porque obligó al público a ir más allá de la contemplación, a reconstruir el significado de la obra según las pistas o claves que aportan los materiales pegados sobre el cuadro, que una vez que se extraen de su espacio habitual se vuelven enigmáticos y adquieren características propias.
Después del collage
El collage abrió una nueva perspectiva hacia el planteamiento del volumen en la obra de arte. El collage añade y construye sobre un plano, lo cual lleva naturalmente hacia la integración de la tridimensionalidad a la pintura, que hasta entonces sólo se concebía bidimensional.
Cuando lo que se pega no son ya papeles sobre un plano, sino objetos más voluminosos, como bloques de madera, piedra, metales, etcétera, se le da el nombre de ensamblaje, que es una variación del collage. Así, si con el collage el pincel es sustituido por las tijeras y el pegamento o la cola, el ensamblaje usa los clavos y la soldadura para unir los objetos a una superficie.
Después de los primeros collagespropuestos por los cubistas, esta técnica tuvo mucho éxito en otros movimientos artísticos de principios del siglo XX, como Dadá y Surrealismo. Los dadaístas, quienes se rebelaron contra la sociedad burguesa y el arte consagrado en los museos, encontraron en los collages un medio de expresión ideal. Con esta técnica, los dadaístas juntaban imágenes que aparentemente no tenían ninguna relación entre sí y hacían composiciones incoherentes para el sentido común. Con ello querían abrir la posibilidad de interpretar las imágenes en sentidos totalmente nuevos.
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